Con tan solo diez años ya ha vivido una guerra. Ha visto la crudeza de un éxodo, y la desesperación de quienes lo pierden todo, pero da gracias por mantener la vida.
Le conocimos en Bidibidi, el campo de refugiados más grande del mundo, cuando entre los miles de niños del asentamiento, nos seguía a todas partes con una cámara de fotos de papel…
Víctor Mandela representa no solo a su familia y a su pueblo, sino que es el símbolo de todos aquellos que se ven obligados a huir de la guerra, de quienes luchan siempre por la vida y son capaces de transformar la realidad con las pequeñas cosas.
Los refugiados
Más de un millón de personas de Sudán del Sur han cruzado la frontera hacia Uganda huyendo de la guerra y el hambre. A pesar del logro que supone esta migración y de las garantías de hallarse en un campo de refugiados, el hacinamiento y los escasos recursos que el país, agotado, puede proporcionar, provoca situaciones de desesperación y riesgo para los más débiles.
Los problemas se han multiplicado a medida que el asentamiento recibía a más y más refugiados. La escasez de agua, las violaciones y los matrimonios concertados a los que se ven sometidas las niñas, la falta de escuelas, la inactividad y depresión por la falta de medios son por desgracia habituales entre los habitantes del campamento.
¿Qué hacemos en ‘Víctor Mandela’?
Para aliviar al menos en parte la situación en los campos de refugiados, la fundación Nzuri Daima realiza las siguientes acciones a través del proyecto ‘Víctor Mandela’:
Aliados con corazón
Con el proyecto de Víctor Mandela hemos seguido sumando sinergias y apoyos importantes de nuestras alianzas con más visibilidad, como el cantante Alejandro Sanz, o 12 MESES de Mediaset, que lanzó una campaña junto a ACNUR para dar visibilidad al drama de los millones de niños no acompañados en el mundo y nos permitió contar a través de los ojos de Victor Mandela la situación de millones de niños en el mundo. Gracias a todos por estar ahí: juntos sumamos y juntos crecemos.
¿Te sumas?
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