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Árboles, libros, tierra… semillas. Gracias
No se si es por el recién celebrado día del libro que a mi automáticamente me conecta con los árboles de los que imagino que han salido sus páginas entregadas para nuestra lectura…o porque también fue el día de la tierra… o…no se…pero hoy he sentido el impulso de compartir con vosotr@s un recuerdo… un recuerdo que lleva días apretándome el pecho.
Se llamaba Happy Monday… debían de ser estas fechas hace dos años cuando la conocí.
Estábamos haciendo un nuevo reparto de árboles frutales en Bidibidi (uno de los campos de refugiados en Uganda que acoge cientos de miles de sursudaneses). Ahora también estamos haciendo otro de esos repartos maravillosos de los que sois padrinos y madrinas. Esta vez implicando a todas las escuelas de una de las zonas que forman este inmenso asentamiento que de momento es su hogar.
Pues eso, que llegamos a otra de las zonas de distribución y allí estaba ella. Ojos grandes, rostro sereno y serio, mirada intensa, una falda hecha harapos y sus ganas infinitas de echar una mano.
No mediría más de cinco palmos. Le dí un pequeño árbol de los que íbamos a plantar para que me ayudara a llevarlo, y de pronto, sin dudar, se arrodilló, lo apretó contra el pecho, y le dió un beso.
Plantamos aquel árbol y muchos otros juntas, pero ese, lo pusimos en un lugar concreto y besó también el suelo.
Meses más tarde, quise ver como iban los árboles plantados en esa zona y saludar a mi pequeña amiga, que sin ella saberlo había sido un punto de inflexión… quizás si lo sabía..
Y cuando llegué a su casa, me extraño no verla venir corriendo.
En su lugar ví sentada en el suelo a su madre, con su hermana mayor, otras vecinas… y un bebé en el suelo.
– Donde está Happy Monday? pregunté casi sin saludar.
– Se ha ido.
– Se ha ido? donde se ha ido? estudia en un colegio interna?
– No aunty… se ha ido. Se puso enferma, y fue todo muy rápido, solo unas horas. Se fue.
Se me encogió en corazón.
No lograba entender o asimilar lo que estaba pasando.. como podía ser que se hubiera ido, así, tan silenciosa como vivió, así, tan serena. Como podía ser que se hubiera ido, y ya estuviera allí de pronto otro bebé.. ¿de dónde había salido? ya estaba su madre embarazada en el reparto?? ni me había dado cuenta!…
Se fue HappyMonday llegó Christine poco después…
Todos los árboles habían agarrado bien y crecido mucho.. todos los árboles menos uno. Aquel árbol bendecido y besado. Estaba verde, sano, pero no había crecido ni un centímetro.. intacto, como su recuerdo, pequeño, como ella, se quedó entre los otros silencioso y sereno… quizás hasta que llegara Christine.. quizás la nueva sabia sea ahora la alegría nueva de esa madre, quizás el árbol ahora crezca y de fruto abundante…
Para mi desde entonces, desde aquel beso al árbol bien apretado en el pecho, Happy Monday está en cada árbol que plantamos, en cada papaya que alimenta y fortalece la vida, en cada sombra que da alivio.
Y hoy, quien sabe porque…la siento correr alrededor mío riendo si trato de que esté menos seria haciéndole cosquillas… (que sabia yo entonces de su difícil misión) y diciéndome agarrada de mi mano que no entiende porque la niña de los vecinos llora y se esconde cuando me ve, que ella no me tiene miedo, ¡como podría! ¡si soy su amiga!
Os presento en las fotos adjuntas a mi pequeña y gran amiga Happy Monday, a su hermanita Christine, y al árbol que plantamos también con vuestra esencia para juntos seguir sembrando futuro y esperanza. Una de las miles de historias reales detrás de vuestro apoyo.
Gracias, gracias, gracias.
Todo el amor.
Remembering Happy Monday con Nzuri Daima
Christine la hermana de Happy Monday
Se fue HappyMonday llegó Christine…
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